acá es donde se produce la magia, ahora.
1/
en la entrada anterior hablaba de cierto clima que estoy tratando de poner en palabras, y de ciertos hechos y señales que me conducen a él.
por ejemplo: la computadora se me rompió durante mi estadía en córdoba hace un par de semanas, y mientras intentan salvarla me las estoy arreglando con la máquina que me legó mi amiga la satánica dra kaiten. desde su muerte tenía la cpu y no me animaba a tocarla, pero en la circunstancia me prestaron un monitor viejo y me compré un teclado de 30 mangos y con eso voy tirando. me impresiona mucho usar su contraseña. estuve revisando un poco el disco y no encontré gran cosa, pero eso es porque no entiendo bien linux, me parece. buscando una foto que había bajado de internet, encontré una carpeta con sucesivas tomografías de su cáncer de pulmón.
bueno no tengo mucho para agregar a esto.
ah sí, me compré una silla ergonométrica muy cómoda (aunque me da la idea de que le voy a hacer recagar las ruedas al toque), sale en la foto de arriba. para completa ergomometría, apoyo el teclado sobre dos pilas de libros de la segunda guerra mundial
2/
otro "acercamiento": ya conté varias cosas de mi edificio (14 pisos, 600 deptos, 2100 habitantes, más grande que muchos pueblos). por ejemplo hace un tiempo puse una foto de la bombacha de mi vecina goteando agua al lado de mi ventana. el departamento de al lado también es un monoambiente, y ahí vivían tres mujeres: una abuela, su hija y la nieta, que debe andar por los 14 años. eran bastante raras, las mujeres tenían el porte gallináceo y malhumorado de silvana giúdici, y la gordita adolescente evidenciaba alguna clase de perturbación. yo escuchaba seguido golpes y gritos, unos gritos secos, filosos, con insultos muy fuertes. y sé que se habían quejado al portero por al olor a pasto quemado que salía "todo el día" de mi modesta chabola.
digo vivían porque ayer me enteré de que las desalojaban por una deuda muy grande de expensas que terminó en remate de la vivienda.
me enteré del desalojo ayer viernes a la siesta. después de una semana muy movida, salía hacia el trabajo en estado de leve “percepción”. en el ascensor me tocó esperar con una vecina que nos conocemos de hola y chau. la mujer debe tener mi edad o tal vez menos, pero su aspecto y actitud la avejentan un poco. vive con su marido y su hija al final del pasillo y son bastante raros también, en general gente muy retraída y me da la idea de que son evangelistas o algo así. por eso me llamó la atención que ayer mientras esperábamos el ascensor primero me saludó con un beso en la mejilla y después se me puso a hablar de una manera continua durante el viaje en ascensor y las tres cuadras siguientes que caminamos juntos hasta la entrada del subte, lugar en el que recién se me despegó. empezó contándome que se mudó mucha gente del piso (nombró una serie de gente completamente desconocida para mí), y después habló de la situación de mis vecinas.
no entendí muy bien porque esta mina era fragmentaria en el relato, pero por lo que llegué a agarrar parece que vivían las tres de la jubilación de la vieja. la vieja se murió este verano (yo ni me enteré y eso que no me moví de mi casa todo enero) y bueno se quedaron sin un mango y la deuda ya venía de antes. me contó que era muy buena gente y como si nada aportó otro dato: “eran nudistas”. no pude evitar una carcajada al imaginar a las viejas avinagradas como colegas de rolando hanglin y la novia japonesa ésa que lo cagó en guita (haha hizo muy bien, si me permiten la disgresión).
esta mujer me contó que su hija era amiga de la más chica, y que un día fué a visitarlas a la casa y la recibieron y estaban las tres en bolas, que la hija había disimulado durante la visita y cuando volvió le había contado escandalizada. entonces había ido ella a hablar y efectivamente, "estaban impúdicas, como le dije a mi marido estas mujeres estaban así impúdicas en el departamento". la recibieron en bolas y la anoticiaron de que dentro del departamento eran nudistas.
y bueno, ahora las habían desalojado. y se habían ido a vivir a no sé que lugar de parque patricios, a la casa de un novio de la mujer más grande, con el que se había conocido haciendo compras en el supermercado vea de san juan y dean funes. a esta altura ya estábamos en la boca del subte y le dije que tenía que bajar. mientras yo bajaba ella seguía hablando, me dijo ya medio a los gritos que a su hija la acababan de admitir en el nacional buenos aires.
hoy a la mañana efectivamente ví a mi vecina sacando cosas con ayuda de una gente. la saludé, le pregunté como andaba, "bien", me dijo.
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