Saturday, December 17, 2016



-Es muy extraño. No es que me hubiera olvidado de él. Pero, no sé cómo decirlo…  no estaba en absoluto en mi mente, hasta que apareció de nuevo.
-Cómo se llamaba su perro.
-Perro.
-¿Por no qué le puso un verdadero nombre?
-No entiendo.
-El nombre designa una individualidad. “Perro” es un nombre genérico. Es una elección llamativa.
-Lo encontré de grande, y pensé que ya debía tener un nombre. Me pareció una falta de respeto meterme con eso.
-¿Cómo lo encontró?
-No lo encontré. Él vino. Se empezó a quedar adentro de mi casa. Se colaba por abajo del portón. Estaba muy flaco, mordido y castigado. Le empecé a dar de comer, en realidad era dejarle la comida e irme, recién cuando yo estaba lejos se acercaba y comía. Y eso que estaba recagado de hambre. Tardé meses hasta que me dejó acariciarlo. Después nos hicimos amigos, y se quedó diez años conmigo. Por eso yo le decía “Perro”. Porque no era mío. Estaba ahí porque quería.
-¿Era un ovejero alemán?
-Sí ¿cómo sabe?
-Usted dijo que se acordó de él al ver un ovejero alemán.
-Sí. Eso también era raro. Estaba cagado a palos, pero era un animal de raza, muy lindo. Debía tener cuatro o cinco años de edad cuando llegó. No tenía collar. Los ovejeros alemanes no andan por ahí sueltos. Son animales que cuestan dinero y, aparte, la gente que tiene ovejeros alemanes tiene una relación… fuerte, con esos perros. Y los ovejeros, también… reconocen un solo dueño, y no lo sueltan nunca. Muchas veces me pregunté cuál sería la historia atrás de él. Quién lo habría dejado ir, o de qué se habría escapado.
-¿Y cómo murió?
-Se lo comió un cocodrilo.
-…
-Tengo un cocodrilo en casa. Bah, no es un cocodrilo. Es un yacaré.
-Y dónde lo tiene.
-En el jardín tengo una pileta de natación, vive ahí en el agua, y para estar afuera se maneja entre unas plantas que hay ahí cerca, o toma sol en el cesped.
-¿Tiene otros animales?
-Dos ovejas, para que corten el pasto.
-¿Las ovejas tienen nombre?
-No.
-¿El cocodrilo no les hace nada?
-No. Se mantienen siempre a distancia, toman agua en la otra punta del jardín.
-¿El cocodrilo tiene nombre?
-Sí. Ése sí tiene nombre. Lo tengo desde que era chiquito.