Thursday, September 23, 2004
-yo para hacer una película de los freak brothers así con actores, al primero que llamo es a este, mirá lo que es esa carita del hombre lobo...
(starring:
gusi as fat freddy freak
el hombre lobo as freewheelin´ franklin
carlitos as phineas
guest star a un costado de la mesa: pablito g, asintiendo)
-...y nos habíamos tomado un frasco de romilar cada uno.
-¿qué es el romilar?
-un antitusígeno, algo para la tos.
-ah, un opiáceo...
-claaaro.
-ah, pero yo de eso conocía más el aseptobron. aseptobron tomé, el romilar no lo conozco...¿pero el romilar no era para el mal de parkinson, loco?
-no, ese era el...artane.
-aaaartane, ese era...
-yo una vez me tomé veinticinco artane. y no me pegaban. y me tomé diez más.
-pero porque no le dabas tiempo, vos tampoco...
-no, no, no, porque esto es cuestión de cada uno, como estaba...hay gente que le pega a las dos horas, a las tres horas, y a mí nada...y a las ocho horas, llegué a mi casa y ahí me pegó todo junto...
-ah, sí, me contaste, que estaba tu viejo vivo todavía.
- yo metí la llave adentro de la cerradura y era que la había metido adentro de un libro. y yo abría el libro...hojas y hojas y hojas, y yo estaba en la puerta. y de repente abro la última hoja y estaba mi papá...en la puerta, me agarró del cogote y me tiró en la cama. me preguntaba que me pasaba y yo le decía...viste que ahora se habla de los duendes, el otro día yo me acordaba y me cagaba de risa, porque yo le dije que había un duende que me abría y me cerraba los cajones del placard, y me abre los cajones y me los cierra, yo tenía los ojos así. al rato, estaba parado en el baño, tipo seis y media de la mañana...
-¿y qué edad tenías vos, lobo?
-diecisiete, diecisiete años...parado en el baño, totalmente en bolas. y yo le decía a mi vieja, “mamá vení a ver, esto es imposible” y claro yo me veía en la piel una especie de arabescos...
-¿y qué dijo tu mamá?
-me agarraron y me recagaron a palos...
-y escuchá esta mía... un día era en esa época que tomábamos esas gotas por el naso, los...¿cómo era?
-(a coro) ciclopentolato poen.
-ah, mierda, cómo junan... vos sabés que una vez tomo pero quise como probarlo de forma exagerada...si un frasco duraba para cinco veces yo quería probar que pasaba tomándomelo de una vez...
-cómo cinco veces gusi, si eran tres gotitas, loco. tres, cuatro...
- nooooo, no, pablo. el frasco era así, y lo que traía en centímetros cúbicos era así...
-no, gusi...
-síííí, papá, me voy a comprar uno mañana mismo y te voy a mostrar, vas a ver...
-ojalá
-y vas a ver que me lo van a vender a mí, por la edad...por la cara de pelotudo, vos sabés las cosas que yo he comprado con esta cara...si vas con la cara del hombre lobo te sacan cagando
-es verdad
-porque lobo, no podés andar con esa pinta, vos...pero escuchá, resulta que me tomo el frasco entero, y llegan mi viejo y mi vieja de una cena, de una joda, y entra mi viejo y me encuentra a mí justo como dice el lobo, en bolas, porque yo te voy a explicar, estaba bueno eso porque se te dormía la mano y te agarrabas el pingo y era como si otro te agarrara y te hiciera la paja...(risas) ¿o no, o no pablo, vos que lo has probado?
-bueno, yo te hablo con toda franqueza. llega mi viejo, viste esas escaleras que vos prendés la luz desde abajo y la apagás desde arriba, y apenas se asoma desde la escalera y me ve mi viejo a mí en bolas, empingado, parado arriba de un sofá acomodando un cuadro...vos sabés que yo ya ni sé si me lo contó o yo me lo acuerdo
inconscientemente... pero nunca me voy a olvidar la forma en la que la alertó a mi vieja...apagó la luz de la escalera, la dejó a mi vieja oscuras, que mi vieja estaba poniéndole llave a la cerradura y le dijo “no subás, por favor no subas acá por favor dejame arreglar esto con el gusi a mí...” y mi vieja “qué pasa roberto, qué está pasando ahí” y mi viejo me lleva para la pieza y me dice pero qué te pasa papá, que conga que tenés hijo de puta. y la ropa mía estaba hecha un bollo en el living y mi viejo tiró esa ropa a un lado, me encerró en mi pieza y le dijo a mi vieja ahora sí pasá derecho. y al otro día amanezco tipo nueve de la mañana, en un silencio sepulcral toda la casa, y me aparezco por la cocina y mi vieja...
-¿vos te acordabas algo?
-sí me acordaba, bastante...yo sabía que estaban mal las cosas, viste...y aparezco y estaba mi vieja que me estaba cosiendo algo y me dice “qué ha pasado anoche, tu padre no sabés la preocupación que tiene”. yo le digo vieja yo me agarré un pedo tremendo anoche, qué pasa, qué preocupación... “es que tu padre me ha dicho que eso no era un pedo, que vos estabas raro...” eso le habrá parecido a él, le digo, él habrá estado en pedo también, y estaba mi viejo leyendo el diario así debajo de un quinchito y mi vieja me dice “medio que tenés que ir a hablar con él porque está esperando que te levantes para hablar con vos”. y yo voy a hablar y bueno, fue como…ah, yo le mentí, mirá lo que le dije: vos sabés viejo que en el paseo de las artes somos dos bandos, nos juntamos en un bar a chupar, unos vagos son unos drogones tremendos, y otros somos borrachos. tanto nos peleamos con esos vagos, discutiendo en una mesa, que me he ido al baño y estos vagos me han puesto un par de pepas raras en el vino… “ah, bueno, así que eso te ha pasado”, me dijo mi viejo, “y que pastillas habrán sido”, no sé, le digo yo “y cómo puede ser te estés juntando con una clase de gente que te pueda pasar eso”
-poobre, tu vieejo…
-y claro, tenía razón de alguna forma, porque no puede ser que te vayas al baño a echar una meada y venga un guaso y te ponga un ácido en el vino…ehhh, me defendí con eso, viste. y mi viejo a decirme bueno, pero ponete un poco las pilas, vos vieras lo que eras anoche, desnudo, empingado… la ropa en un rincón toda mojada, como si te hubieras hecho una paja, viste, una cosa muy decadente…ah, y esto, me dice, que quede entre vos y yo, no le digas nada a tu madre, que quede como una borrachera tuya. pero qué bestia esas gotas… hasta que a los dos o tres días me las vuelvo a comprar…sabés lo que me pasaba siempre, que yo me dormía en el colectivo y me despertaba en la punta de línea, que se acababa de inaugurar el mercado de abasto nuevo, allá en la loma del culo…y aparecí ahí a las dos de la mañana, con dos grados bajo cero y yo veía eso y yo no sabía si eran las gateras de unos caballos, si eran unas casillas de peaje, no me daba cuenta de qué mierda era eso…
-yo de ésas tengo dos millones…
-mirá, esa vez, no te exagero, había diez guasos en una esquina, pero eran diez choros, directamente, estaban con una damajuana de vino. vos sabés que yo me calenté tanto conmigo mismo que me les fui a los diez guasos a mangarles puchos, un trago, a cagarlos a pedos “qué mierda es esto, que largan unos caballos acá, qué mierda pasa”. “no, maestro”, me decían los guasos, “es el mercado de abasto nuevo, tranquilicesé” cómo será que los vagos me dieron vino, guita, puchos, una tuca. y te digo, guasos que me tendrían que haber choreado, cogido, cagado a palos, yo no sé con qué pinta me habré aparecido que les caí tan simpático, ahhhh, ya sé: yo estaba todo meado encima, me acuerdo…(carcajadas)… yo no sabía en qué lugar de córdoba estaba. y recaliente, lo agarré a un guaso del cogote y le decía “dónde mierda estoy” “en el mercado nuevo, papá, qué te pasa…” no sé, le digo, loco dame un faso “sí, tomá” y yo seguía: “dame fuego; loco me tengo que tomar un taxi, me tienen que aguantar dos mangos; dame un trago, culeado, y así…” y te digo, unos guasos que me tendrían que haber asaltado a mí, y yo era peor que ellos… y bueno, un día tiré a la mierda las gotas esas. no las tomé nunca más… eran muy fuertes.
- y a lo último no te vendían…
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2 comments:
che, me entere (tarde) que andas por acá, puede ser?
ya se me paso el tiempo, no?
cualq cosa, avisá
tremendo dialogo, carlito.
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