uh, se clavó podomatic y no anda el audio, justo que chow me nombró en su blog y me mandó una veintena de lectores extra. en fin.
me pareció interesante esto de rolando concatti (ex sacerdote y escritor) sobre von wernich, en página 12 de la fecha:
"A los tercermundistas nos inquietaba porque era un incondicional de la extrema derecha clerical, los enemigos jurados del Movimiento: los curas Meinvielle, Sánchez Abelenda, el obispo de La Plata Antonio Plaza. Fue este último quien lo ordenó sacerdote. Recuerdo el feroz comentario de Miguel Ramondetti: '¿Y por qué no lo va a ordenar Plaza?, si Plaza nunca ha creído en Dios...'.
Otras preguntas, también, si no caemos en el maniqueísmo de suponer que estos hombres son feroces hienas insaciables. No es preciso creerse Dostoievski para saber que en todo criminal anida un corazón retorcido y contradictorio. ¿Qué pudo llevar a Von Wernich, de familia pudiente y estilo disoluto, a elegir el corset clerical, la vida oscura, la perpetua mirada vigilante que siempre soporta un cura? ¿Buscaba una expiación, aunque después su naturaleza ambigua siempre se impusiera por el peor camino? ¿Descargaba en los otros, en el cuerpo de las víctimas, algún odio a sí mismo, a su destino? ¿Aceptaba la “salvación por la tortura” porque él necesita redimirse? ¿O todo fue siempre más cínico, más vulgar, más insignificante?
Otra cuestión, aunque resulte incómoda a nuestro racionalismo, a nuestra desenvoltura posmoderna. Es la cuestión del mal, del mal ejercido contra los inocentes, de la maldad implacable contra la criatura humana. Una interpelación para este tiempo, este país, teatro de horrores que no podemos soportar. Porque hermanos nuestros han sido las víctimas, pero también medio hermanos nuestros han sido los victimarios. Gente nacida en esta cultura, vecina nuestra por muchas avenidas."
Thursday, October 11, 2007
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