Thursday, March 23, 2006
sunday afternoon weightlessness
soy una entidad sin forma, consistencia ni recipiente. si algún pelotudo me pregunta en qué ocupo mi día, voy a estar pensando media hora antes de contestar.
escuchando: morphine, “all wrong”.
estos días estuve releyendo lo que tengo de “los escorpiones del desierto” (descripta como “el itinerario de supervivencia del teniente koinsky, dejando a su paso un reguero de tumbas en la arena africana” por el crítico javier coma), del enorme hugo pratt, la saga del long range desert group a comienzos de la segunda guerra en abisinia, etiopía, sudán. lugares donde se mezclan franceses, italianos, ingleses, mercenarios africanos de toda laya, cazadores de elefantes, camelleros, bandidos dancalos (“soberbios tiradores y afectos a castrar a sus enemigos”), y hasta caín y abel en persona. faltan los alemanes porque el afrikakorps de rommel se formaría tiempo más tarde. en el dibujo y en las palabras, lo que hace de pratt un auténtico genio es la manera de describir personajes y situaciones con una economía de recursos admirable. y los diálogos, con frases como las que recorto:
“-no maté a stella hasta el final, hasta que dijera donde estaba el oro.
-comprendo. sin embargo no lo apruebo. stella me caía simpático.
-a mí también. precisamente por eso era más peligroso y había que eliminarlo cuanto antes.
-si todos los que te caen simpáticos terminan como stella, deberé andarme con mucho ojo.
-tu no corres peligro, me caes fatal.
-cush, eres un hijo de puta.
-tienes razón, pero lo mío es un caso fortuito, tú lo eres por vocación. alá te guarde, polaco. está escrito que los que no mueren se encuentran.”
“caín, quayín en la vulgata, es aquel cuyo sacrificio no fue apreciado por el dios de este mundo, porque al dios de este mundo le agrada la sangre”
“-ya que los italianos están perdidos, pasémonos a los ingleses.
-¿crees que los ingleses serán mejores contigo que los italianos? mira amedh, yo serví con los turcos cuando era joven. nos despreciaban, nos robaban las mujeres y nos pegaban como a perros. luego serví con los ingleses, que sólo nos despreciaban. estos no nos robaban las mujeres, pero nos consideraban como caballos. y ahora sirvo con los italianos, que a veces nos insultan y nos roban las mujeres, pero para ellos somos hombres. por eso no voy a arriar esta bandera. que lo hagan los italianos si así lo quieren.
-tu gesto de fidelidad es estúpido y vanidoso.”
-y tus palabras, hijas del rencor y la necedad, hay otros medios de trabajar por la patria sin mancharse con el deshonor.
-eres un viejo, ibrahim.
-...
-bueno, basta de discusión, ese avión inglés va a atacarnos, parece.
-¿qué hacemos?
-dispararle, supongo.”
en otro orden de cosas: en esta cuadra, alimentado por los vecinos, vive uno de los cinco o seis perros más feos de la historia de la realidad del universo. es una especie de mestizo de dastchaund deforme, más petiso, más flaco y más largo, de pelaje atigrado y con una herida en el hocico que hace que parezca que permanentemente te muestra los dientes de un costado. es simpatiquísimo, eso sí. la primera vez que le dimos de comer fueron las sobras de un asado, así que el perro quedó con la idea de que nuestra heladera es una cornucopia de manjares culinarios. cada vez que abrimos la puerta se mete adentro y se sienta frente a la heladera, mirándola fijo como hipnotizándola para que se abra, y no se va hasta que le das algo, resiste pasivamente el desalojo poniéndose patas arriba y para sacarlo tenés que levantarlo con las manos y depositarlo en la vereda. en una carta que einstein le escribió a un amigo suyo que atravesaba una depresión, le aconsejaba: “imagínese que vive, por así decirlo, en marte, rodeado de criaturas extrañas. elimine todo interés profundo en los actos de tales criaturas. hágase amigo de unos pocos animales”. la de vivir en marte también la hago hace ya una culada de años alberto, y para serte sincero, sin mucho beneficio para mi estado de ánimo.
amigos, está escrito que los que no mueren se encuentran, así que nos estamos viendo, supongo. para los amigos y favorecedores, mis deseos de ventura y prosperidad. los otros, pueden chuparme la pija hasta bien entrado octubre o noviembre del corriente año.
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