agua salada en una cancha de tenis
puede ser una terrible molestia;
sin embargo mojarse los pies
no significa que se aproxime el fin del mundo.
como suicidas en busca de coartada, la gente
está ávida de que llegue el final,
y así pierden el control y los nervios.
en realidad a nadie le gusta ahogarse, y menos
a dos grados por debajo del punto de congelación.
si a la hora del peligro, el juicio
del pasajero no es tan mesurado como uno quisiera
¡no importa! después de todo, aquí estoy yo temblando
en esta nave que dios ha abandonado, aunque es cierto
que viajo en primera clase, saboreando
un oporto de exquisita cosecha.
presumamos por un momento
que el titanic está a punto de hundirse,
aunque yo, ingeniero y poco dado a la fantasía, sostengo que tal desenlace es bastante improbable. ¿entonces?
no hay que preocuparse mucho. las estadísticas indican
que en un momento pueden zozobrar una docena
de barcos sin que anadie le importe, porque sus
nombres son rosalind II o bellavista
y no titanic. no hay que olvidar que
en este instante surcan los siete mares
millares de naves que llegarán puntualmente a puerto
aunque NOSOTROS nos ahoguemos
además, toda innovación conlleva una catástrofe:
nuevas herramientas, nuevas teorías, nuevas emociones,
eso es lo que se llama evolución.
y así, aunque en nuestra discusión imaginemos
que todos los barcos se han de hundir el mismo día,
en tal caso lo único que tenemos que hacer es
presentar algo nuevo:enormes planeadores en los cielos
ballenas amaestradas o nubes de hierro.
de lo contrario, llevar vidas estáticas
hace tiempo que los árboles lo practican con éxito. y en caso
que no surjan ideas, peor para nosotros. después de todo,
ya se han extinguido otras especies,
yo diría que en beneficio nuestro.
¿dónde estaríamos ahora si los reptiles alados
y los dinosaurios no se hubieran topado
con algunas complicaciones?¿me comprende?
de todo lo cual concluyo que no tiene sentido
un punto de vista demasiado estrecho
sobre cualquier acontecimiento que nos concierna, por ejemplo
nuestra muerte. claro que lo que estoy diciendo
como ingeniero e inveterado bebedor de vino oporto
no revela nada totalmente nuevo,
de ahí que esté a punto de hundirme.
(hans magnus enzensberger, "el hundimento del titanic")
Thursday, December 16, 2004
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