Monday, November 22, 2010
1/
¿cayó en cana el hijo de mil putas dueño de la granja donde murió el pibe esclavo?¿están inmovilizados sus bienes? por lo que estuve viendo, no. me imagino que el tema se va a solucionar sin consecuencias penitenciarias para nadie, y supongo que cerrarán la cosa con una idemnización de, en guita de hoy, (andá a saber cuando la pagarán) 30 o 40 000 pesos para la familia.
ay ay ay, es en éste momento cuando me gustaría la idea de un dios iracundo y justiciero, repartiendo castigos del viejo testamento entre los hijos de puta de este mundo...
update: en el blog de daniel riera están los rostros y nombres de los responsables de este crimen contra un pibe.
este sorete de persona es leticia luace, dueña de la granja "nuestra huella". si se arma movida de ir a quemarle la casa, culearle la familia y saquear sus pertenencias, avisen con tiempo así compro mi bidoncito de nafta, mis fósforos y un viagra para no tener problemas de rendimiento a la hora de la violencia anal con criaturas repelentes.
en realidad, no es "si se arma avisen", HAY QUE IR a quemarle la casa, culearle la familia, saquearle las pertenencias, carnearla, darla de comer a los cerdos, y matar a los cerdos para que nadie los coma después.
2/
el amigo leandrito aguirre me acerca el conocimiento de la palabra rusa "toska":
no hay palabra en inglés que refleje todos los matices del concepto "toska". en su acepción más profunda y dolorosa, es una sensación de angustia espiritual, a menudo sin ninguna causa específica. en niveles menos mórbidos, es un dolor sordo del alma, un deseo sin nada que se anhele, una añoranza enferma, una inquietud vaga, angustias mentales.
interesante. hago una pequeña búsqueda en google y no encuentro mucho, aparte de esto:
Las estadísticas lingüísticas nos permiten saber, por la frecuencia de su uso, cuáles son las palabras más relevantes en un idioma. Según esas mediciones, los rusos se aburren mucho. La palabra toska (aburrimiento) puede ser la llave para abrir la enigmática alma rusa. Es un sentimiento causado por la ausencia de algo valioso, un anhelo de estar en otro sitio, una mezcla de aburrimiento y melancolía. Los pueblos de la Melanesia tienen la palabra nguch. “Si una mujer ha estado rallando cocos durante tres horas bajo el sol, frecuentemente se declara nguch.”
3/
de mi vida con el axolote: me habían dicho que había que hacerle una especie de techito para que se encanute ahí. lo tuve en la pecera pelada con tres piedras, hasta que ví que el pobre metía la cabeza entre las piedras y trataba inútilmente de escarbar en el vidrio. así que me puse las pilas y compré piedras de un tamaño aceptable (muy chiquitas el boludo se las come). las piedras las compré en una bolsa de 25 kilos que me traje caminando desde un corralón a cuatro cuadras y media. el techo se lo hice con los restos de un ladrillo cerámico. quedó bastante bien, y al bicho le gustó, aparentemente: se metió abajo del ladrillo y casi no salió durante más de un día. ahora hace esto de empujar contra un rincón, y no come. hace dos días que no prueba bocado. puede ser el stress del cambio, lo mismo me preocupa.
hice un upgrade a mis habilidades con el windows movie maker y le puse de sonido uno de los archivos del podcast (que si no, no los escucha ni el loro). cuando salga de mi estado de toska, vendrán actualizaciones.
4/
el país que no miramos. cartelito que decora mi sobrio cottage en las alturas de san cristóbal (lo encontré pegado a un poste de corrientes y reconquista):
Tuesday, November 16, 2010
just keep your nose! to the grindstone
oh, ¿nos estamos moviendo demasiado lento? ¿nos viste, tío remus?
solo mantén tu nariz contra la piedra, dicen que eso nos redimirá...
solo mantén tu nariz contra la piedra, dicen que eso nos redimirá...
Wednesday, November 03, 2010
palpitacia es el país más pequeño del mundo. bordea burkina faso y bacteria. lo habitan dos docenas de enanos, viviendo bajo un mismo techo
bueno todos estos días hecho un culo de persona, lo único bueno es que armé este mitsubishi raisen (conocido por los norteamericanos como "zero") y me salió bastante bien, como se ve acá "resiste a la lupa" (click en la foto para ampliar)
simpática anécdota vivida a bordo de uno de estos aparatos, sacada de un fascículo de la colección "aviones de combate": al as saburo sakai lo cagan a tiros en guadalcanal y bueno, sigan leyendo.
“¿guadalcanal? antes de ir ni siquiera sabía dónde quedaba guadalcanal...”
“un ruido indescriptible. todo el mundo pareció explotar y mi zero se bamboleó como un juguete. sentí como si me hubieran golpeado en la cabeza con una porra. el cielo enrojeció y perdí la conciencia. (...) mi avión debía haber caído como una piedra. en pocos minutos el aire frío que entraba a través del destruido parabrisas me hizo recobrar la conciencia. la primera cosa que ví fue a mi amada madre. me estaba reprendiendo: “¿qué te ocurre? deberías avergonzarte, quejándote de una herida tan pequeña”. desde una altura de 18 000 pies bajé sin control hasta unos 7000. el avión caía aún cuando decidí lanzar un bombardeo suicida. decidí que si debía morir me iba a llevar un buque norteamericano conmigo. sin embargo, ¡no podía ver ningún buque!¡no podía ver nada!. sólo entonces entendí que mi cara estaba cortada por los numerosos fragmentos de metralla y que estaba ciego. no sentía dolor.
el zero continuaba su caída hasta el océano. por pura fuerza de hábito tiré hacia atrás de la palanca de control. aparentemente el avión salió de su picado. la presión del viento a través de la cabina me tranquilizó algo. intenté mover la palanca de gases. mi mano izquierda estaba totalmente insensible. cuando intenté presionar el pedal del timón me dí cuenta de que mi pierna izquierda también estaba inmovilizada. con desesperación solté la palanca de control y me froté ambos ojos con la mano derecha. tras hacerlo tan fuerte como pude por unos instantes empecé a ver algo con mi ojo izquierdo. el ojo derecho seguía ciego. lo que veía lo vislumbraba a través de una película roja, como si el mundo ardiera con ferocidad. de repente sentí en mi cabeza un terrible y agónico dolor que me dejó casi sin respiración. alcancé a tocarme la cabeza con la mano derecha y noté que estaba sangrando.
entonces pensé: ahora sí voy a morir. me calmé y dije: ¿no he derribado ningún avión enemigo hoy? tenía un total de sesenta victorias. ahora llegaba mi turno. siempre supe que un día me sucedería.
puesto que la herida de mi cabeza era la más grave, inserté los dedos índice y medio de mi mano derecha a través de la hendedura de mi gorro de vuelo. penetraron profundamente y comprobé la gravedad de la herida. obviamente era muy profunda y los huesos de mi cráneo estaban astillados. pero mi mente estaba despejada y comencé a sentirme mejor que antes. (...)
oleadas de cansancio comenzaron a golpearme y me empezó a entrar sueño. una vez más, cuando conseguí abrir mi ojo bueno y mirar a mi alrededor, descubrí que el avión estaba al revés. me golpeé la cabeza con el puño y el dolor me mantuvo despierto durante un momento. si no conseguía vencer aquella somnolencia, tarde o temprano me quedaría dormido. decidí que sería mejor regresar a guadalcanal y picar sobre un buque enemigo. cuando alabeé e hice virar al zero de regreso a la zona de combate, mi mente se despejó de forma milagrosa, lo suficiente como para poder observar la brújula. decidí intentar aterrizar en rabaul. me sorprendí cuando el tren de aterrizaje y los alerones funcionaron, tenía muy pocas esperanzas de ello ante la gravedad en las averías del avión. controlé el avión a pesar de mi aturdimiento, calibrando altitud y régimen de descenso gracias a la cima de un bosquecillo de cocoteros que vislumbraba confusamente hasta que sentí cómo las ruedas tocaban el suelo. había llegado a casa. los pensamientos se agolpaban en mi mente y me dejé caer en un turbio mundo de neblinas rojizas. antes de perder la conciencia de nuevo, sentí que diversas manos me golpeaban el hombro y varias voces me llamaban por mi nombre. gritaban: ¡sakai!¡sakai!¡nunca digas morir!”
(saburo sakai, ciego de un ojo y después de recuperarse de sus heridas, volvió a volar en junio de 1944 contra el asalto masivo de los norteamericanos a las marianas. derribó dos cazas norteamericanos en iwo jima y resultó el mayor as japonés sobreviviente de la segunda guerra)
y ya que decimos "nunca digas morir", va el temazo homónimo de black sabbath:
por lo demás, estoy como fat freddy en esta historieta de los fabulous furry freak brothers (click en la imagen para ampliar):
lo único que me parece que yo todavía no aparecí.
simpática anécdota vivida a bordo de uno de estos aparatos, sacada de un fascículo de la colección "aviones de combate": al as saburo sakai lo cagan a tiros en guadalcanal y bueno, sigan leyendo.
“¿guadalcanal? antes de ir ni siquiera sabía dónde quedaba guadalcanal...”
“un ruido indescriptible. todo el mundo pareció explotar y mi zero se bamboleó como un juguete. sentí como si me hubieran golpeado en la cabeza con una porra. el cielo enrojeció y perdí la conciencia. (...) mi avión debía haber caído como una piedra. en pocos minutos el aire frío que entraba a través del destruido parabrisas me hizo recobrar la conciencia. la primera cosa que ví fue a mi amada madre. me estaba reprendiendo: “¿qué te ocurre? deberías avergonzarte, quejándote de una herida tan pequeña”. desde una altura de 18 000 pies bajé sin control hasta unos 7000. el avión caía aún cuando decidí lanzar un bombardeo suicida. decidí que si debía morir me iba a llevar un buque norteamericano conmigo. sin embargo, ¡no podía ver ningún buque!¡no podía ver nada!. sólo entonces entendí que mi cara estaba cortada por los numerosos fragmentos de metralla y que estaba ciego. no sentía dolor.
el zero continuaba su caída hasta el océano. por pura fuerza de hábito tiré hacia atrás de la palanca de control. aparentemente el avión salió de su picado. la presión del viento a través de la cabina me tranquilizó algo. intenté mover la palanca de gases. mi mano izquierda estaba totalmente insensible. cuando intenté presionar el pedal del timón me dí cuenta de que mi pierna izquierda también estaba inmovilizada. con desesperación solté la palanca de control y me froté ambos ojos con la mano derecha. tras hacerlo tan fuerte como pude por unos instantes empecé a ver algo con mi ojo izquierdo. el ojo derecho seguía ciego. lo que veía lo vislumbraba a través de una película roja, como si el mundo ardiera con ferocidad. de repente sentí en mi cabeza un terrible y agónico dolor que me dejó casi sin respiración. alcancé a tocarme la cabeza con la mano derecha y noté que estaba sangrando.
entonces pensé: ahora sí voy a morir. me calmé y dije: ¿no he derribado ningún avión enemigo hoy? tenía un total de sesenta victorias. ahora llegaba mi turno. siempre supe que un día me sucedería.
puesto que la herida de mi cabeza era la más grave, inserté los dedos índice y medio de mi mano derecha a través de la hendedura de mi gorro de vuelo. penetraron profundamente y comprobé la gravedad de la herida. obviamente era muy profunda y los huesos de mi cráneo estaban astillados. pero mi mente estaba despejada y comencé a sentirme mejor que antes. (...)
oleadas de cansancio comenzaron a golpearme y me empezó a entrar sueño. una vez más, cuando conseguí abrir mi ojo bueno y mirar a mi alrededor, descubrí que el avión estaba al revés. me golpeé la cabeza con el puño y el dolor me mantuvo despierto durante un momento. si no conseguía vencer aquella somnolencia, tarde o temprano me quedaría dormido. decidí que sería mejor regresar a guadalcanal y picar sobre un buque enemigo. cuando alabeé e hice virar al zero de regreso a la zona de combate, mi mente se despejó de forma milagrosa, lo suficiente como para poder observar la brújula. decidí intentar aterrizar en rabaul. me sorprendí cuando el tren de aterrizaje y los alerones funcionaron, tenía muy pocas esperanzas de ello ante la gravedad en las averías del avión. controlé el avión a pesar de mi aturdimiento, calibrando altitud y régimen de descenso gracias a la cima de un bosquecillo de cocoteros que vislumbraba confusamente hasta que sentí cómo las ruedas tocaban el suelo. había llegado a casa. los pensamientos se agolpaban en mi mente y me dejé caer en un turbio mundo de neblinas rojizas. antes de perder la conciencia de nuevo, sentí que diversas manos me golpeaban el hombro y varias voces me llamaban por mi nombre. gritaban: ¡sakai!¡sakai!¡nunca digas morir!”
(saburo sakai, ciego de un ojo y después de recuperarse de sus heridas, volvió a volar en junio de 1944 contra el asalto masivo de los norteamericanos a las marianas. derribó dos cazas norteamericanos en iwo jima y resultó el mayor as japonés sobreviviente de la segunda guerra)
y ya que decimos "nunca digas morir", va el temazo homónimo de black sabbath:
por lo demás, estoy como fat freddy en esta historieta de los fabulous furry freak brothers (click en la imagen para ampliar):
lo único que me parece que yo todavía no aparecí.
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