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duarte miraba inclinado sobre la mesa, apoyado en un codo y con la palma de la mano sobre la frente.
-fijate que esto podría ser cualquier otra cosa, ¿no?
-cómo otra cosa.
-ponele que no viste toda la película, que te ponen esto nomás y te piden que digas qué es. ¿vos que dirías que es?
cetarti dudó. podía ser que estuviera condicionado por, como decía duarte, el conocimiento de la treintena de minutos anteriores de película (una mujer de unos ochenta años esperaba sentada en un sofá, llegaban nueve tipos y después de una breve charla la violaban con algún consentimiento. le pegaban bastante fuerte y a esta altura de la cosa le estaban metiendo un bate de béisbol en el culo). podía ser eso, pero se le hacía imposible imaginarse otra cosa que el primerísimo plano de un bate de béisbol metido en el culo de una vieja. pero algo de razón tenía duarte, la acción había perdido contexto. la mujer obviamente en esa situación restringía los movimientos, de manera que el plano se había acercado para registrar los pequeños pulsos y estertores que de lejos serían imperceptibles, acercando de paso desagradables detalles del estrago de la edad sobre los tejidos blandos.
-no, la verdad que no me puedo imaginar otra cosa.
-podría ser un arpón enterrado en la carne viscosa de algún animal marino, un gran cefalópodo abisal, por ejemplo... pero es difícil de imaginar, es cierto. lo que te quería decir es que vista de tan cerca la cosa medio que... mh, es la escala, el problema es la escala, lo que está bueno a cierta distancia, más de cerca uno ya no sabe bien que es.
-a mí esto no me gusta ni de cerca ni a cuatrocientos metros.
-qué es lo que no te gusta.
-esto es una película porno. lo último que se me ocurriría en la vida es pajearme mirando esta película.
-ha ha que boludo, sos muy pichi todavía. yo tampoco. no es el chiste, ése.
duarte metió una feta de salamín y un trozo de queso a la mitad de un pan de viena. para esto ya le habían sacado el bate a la mujer (habían entrado los quince centímetros más gruesos) y los tipos escupían en el interior del orificio dilatado. cetarti cerró los ojos.
-por favor saque eso, es un espanto.
-claro, no sabés si compadecerte de ella antes que lo tenía metido o ahora que se lo sacaron.
-yo creo que da para compadecerse ayer, hoy y pasado mañana.-abrió los ojos y los volvió a cerrar- por favor saque eso.
-bueno ves, ahí te vas acercando.
duarte agarró el control remoto y apretó “eject”, cuando el video asomó por la boca de la casetera cetarti pudo leer “anal grannies #19” en el lomo.
2/salvo el roña castro (¡de pie, señores!)y dos o tres mas, a los de gran hermano famosos no les conozco el nombre. me encantó una de las pelotudas que estaba entrando y decía "yo quería ser nadie para poder entrar en esta casa"