la parte más lunar de mis caminatas lunares (cartucho king size p/exteriores+free jazz) sucede en los no sé, dos o tres kilómetros que hago de la costanera cordobesa. a lo largo de ese recorrido, hay un par de barrancas desde las que se ven lugares “profundos” (= 3 m aprox.) del río. ya conté que en el invierno está bueno tirarle cascotes a las viejas del agua para verlas moverse perezosamente. ayer, como en todos lados, hacía un frío de recagarse, y las viejas se juntaban todas en el fondo de las ollas, donde se ve que estaba un poco más cálido (probablemente a causa de toda la basura pudriéndose). se juntaban no sé, de a miles, o bueno, cientos. enormes, algunas de casi un metro de largo. quietas, aletargadas, apenas moviéndose de a ratos. como en ese cuanto de ballard, esperando algo.
“yo soy ladrón por motivos económicos” (alberto sbrili, ladrón, en declaraciones a “el país” de españa, 25/8/85)
“-cuente hasta diez- le ordenó laurent al paciente. el enfermo se detuvo al llegar a siete.
-¡qué raro!, normalmente no saben dormirse antes de llegar a veinte.
-yo no duermo -gritó el enfermo-, lo que pasa es que no se contar.”
(boris vian, “las hormigas”)
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