escuchando en repeat “ich hatt einen kameraden”, marcha de las ss leibstandarte adolf hitler. me da un poco de miedo, me hace acordar a una película que sabían dar en las trasnoches de los sábados de canal 12, que no sé por qué unos tipos se encuentran un barco en alta mar y el barco está todo comido por el óxido y que hay fantasmas, y se escuchan cosas como éstas y hay proyectores que se ponen a andar solos y proyectan discursos de hitler. la marchita la bajé con el soulseek, y tonteando bajé también discursos de hitler, de charles manson, de stroessner, william burroughs leyendo partes de “the naked lunch” (“a greeeey fiddle monkey...”). para salir a caminar me armé una seleccioncita de archivos de ésos y free jazz. es un viajecito. y ahora que lo pienso, creo que hace no sé cuanto que vivo en la trasnoche de canal 12.
palabras usadas ayer en terapia: nada, terminado, arrasado, borrado.
una de las partes que más me gusta de las que conseguí de naked lunch leído por burroughs es “el álgebra de la necesidad”, y es impresionante como habla el viejo, pero no se le entiende un corcho, así que voy al libro y leo:
“los nervios de El Gordo estaban despellejados y pelados para sentir los espasmos de muerte de un millón de excitaciones frías... El Gordo aprendió el álgebra de la necesidad y sobrevivió.
un día se dejó caer por la plaza, un feto simiesco, gris translúcido, con ventosas en las pequeñas manos blandas de un púrpura grisáceo y una boca redonda de lamprea, de cartílago frío y gris, forrada de negros dientes eréctiles en busca de las manchas dejadas por la droga... y un tipo rico pasó y clavó la vista en el monstruo y El Gordo rodó por el suelo meándose y cagándose del miedo y se comió su propia mierda y el tipo aquel, conmovido por semejante tributo a la potencia de su mirada, dejó caer una moneda. así que El Gordo aprendió a servir la carne negra, y creció hasta que su cuerpo se convirtió en una cosa barriguda como un acuario, y sus ojos muertos de periscopio barrieron la superficie del mundo”
ahora pizzicato five, “happy end of the world”, discazo.






