1/no sé si les conté que me están pagando un sueldo por hacer nada (aparentemente me van a dar más plata y voy a tener que mover un poco las manos, pero sin ninguna exageración). de todas maneras, es algo con la estabilidad de la nitroglicerina. la facultad tiene la simpática política laboral de no despedirte. te enterás si estás afuera el día de pago: llegás al cajero y no hay un peso. y no hay lola porque la baja la tramitaron el mes anterior. eso me pasó antes de ayer, teóricamente habíamos cobrado el lunes, y cuando voy a ver mi cuenta tenía un saldo de –0,67 centavos.
bueno, me dije, al fin ha sucedido.
ya estaba mal predispuesto, claro, pero las cuadras que caminé hasta la parada del bondi me pareció que esta ciudad me agredía refregándome en la cara su intrascendencia, su suciedad, la fealdad de su gente con un entusiasmo especialmente sádico. esperé media hora para tomar el n3 (un cascajo que con una esforzada restauración podría habitar un museo de la india), donde viajé acompañado por otras seiscientas personas. me sentía merecedor de todos los escupitajos de la historia de la realidad del universo. llegué a mi casa, me preparé un par largo de pipas y terminé la botella de criadores (de tanto mirar la etiqueta me aprendí los nombres de los toros: tarquino, virtuoso y niágara). de a poco, me sentí invadido por una sensación de libertad. hace mucho que me siento parado en una etapa muerta que no acaba de terminarse, un final que no termina de darse.
y bueno, ahí estaba. listo, finito. decidí irme de acá.
el día transcurrió profundizando esa sensación de epifanía. me sentía intensamente solo. solo y liviano, muy liviano. estaba solo en la casa y caminaba en un circuito fijo entre mi dormitorio y el living, evaluando no ya qué hacer, sino cómo hacerlo. a la noche estaba hasta contento. cuando llegó el otro habitante de bergson 5454 le dije “listo gringo, ya está, me cepillaron”. el otro me miró raro y me dijo:
-no pagaron todavía. se cobra mañana.
me deprimí un poco, seré boludo. tengo atragantado ese polvo en la garganta. fui libre unas horas. soy de octava.
2/pagué el teléfono, ya estoy de nuevo disponible para que me llamen los millones de indeseables que lo tienen agendado y nunca las cuatro o cinco personas de las que me alegraría recibir un llamado. me compré otro whisky que ya está casi por la mitad. ayer salí a caminar, hice joule-laplace-rafael núñez-octavio pinto-costanera-centro (unos 14 km) en más o menos dos horas, ahí dí un par de vueltas y agarré de vuelta la costanera hasta barrio juniors, después para el lado de la terminal (las cuadras alrededor de la terminal y villa libertador son los dos lugares de córdoba que me gustan porque me parece que ahí la ciudad se sincera) y de vuelta al centro. en total, más de quince kilómetros. iba en un estado de trance, pensando en cosas que ahora casi no me acuerdo. mentira, ha ha (llanto)
3/ahora escucho en repeat un temazo de 16 minutos llamado “let the freak flag fly”, que está en un compilado de mp3 que me grabó mi amigo fabián, el winamp le atribuye la autoría a “tranq. bass”, completamente desconocido/s para mí. estoy escribiendo, llevo ocho páginas de un cuento/capítulo de la novela que voy a fallecer sin terminar. tengo a dos tipos que tienen una vieja secuestrada en un sótano, uno es un ex torturador y el otro, bueno... pobre, lo único bueno que hizo es que se baleó con la perrera para evitar que maten a perros callejeros. no está mal el concepto, pero le está faltando punch. la única frase que me gusta hasta ahora es un choreo (si me preguntan digo homenaje) a nathanael west, están hablando mientras molina cura a una perra que está muy enferma y el ex torturador le dice:
“-Con la mitad de la energía que ponés en ese animal, te podrías estar clavando a Rosa.
-No me interesa clavarme a Rosa, clávesela usted si tanto le gusta.
-Sos amargo, eh…San Daniel Molina virgen pelotudo y mártir, patrono de los perros indefensos, ruega por nosotros. Vengador de la perrera municipal, curador de la mastitis callejera, apóstol del antibiótico aplicado a ojo, atiende nuestras súplicas.”
4/jamás tuve un esplendor y aún así me las arreglo para decaer, lástima que nunca requieran estas habilidades en los clasificados. dios no juega a los dados, dijo einstein. stephen hawking retrucó que no sólo juega, sino que hay veces en que los tira y no sabe donde carajo han caído. esto no sé a qué viene pero bueno, lo pongo igual, queda bien.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment