Thursday, August 04, 2005
“los soldados japoneses desnudos salían de sus cuevas, arrojaban piedras a los norteamericanos y luego corrían a ocultarse tras las rocas para cortarse el cuello. un incidente particularmente extraño ocurrió cuando una patrulla de marines norteamericanos se encontró de repente en un claro, rodeada por una numerosa fuerza de japoneses que estaban acompañados por varias mujeres. con extraordinaria presencia de ánimo, el comandante de la patrulla sonrió, sacó sus cigarrillos y se los ofreció a todos. unos pocos soldados japoneses tiraron las armas y tomaron los cigarrillos. sus oficiales rehusaron y les volvieron la espalda. luego uno atravesó a su compañera con el sable, se lo entregó junto con su reloj de pulsera a uno de los norteamericanos, retrocedió y se voló la cabeza con una granada.esto contagió a los demás, que inmediatamente mataron al resto de las mujeres y a continuación se suicidaron. durante dos horas a la patrulla norteamericana estuvo presenciando un suicida baño de sangre.”
(a.j. barker, “armas suicidas”. editorial san martín, serie historia del siglo de la violencia. si ves un libro de esta serie en la biblioteca de alguien, hay un 75% de probabilidades de que ese alguien sea un fascista. pero los libros son interesantes)
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