Wednesday, December 08, 2004
ella usaba un collar de trinitita
durante la noche llovió despaciosa pero constantemente. las veredas de mi barrio están llenas de sapitos diminutos, muy simpáticos, que saltan caóticamente. me compré sandwichs de miga de choclo, y cuando los abro descubro que tienen gusto a hidrocarburo. thinner, casi me atrevería a decir. así que almuerzo media botella de pepsi.
escucho macy gray, no entiendo nada de la letra, pero la música, triste me hace creer (me fumé un cartucho y estoy un poco "reflexivo") que es una historia de alguien que evalúa maduramente sus errores y asume que no es posible cambiar las consecuencias. el conocimiento tardío y la tristeza, masticados como un chicle que ya no tiene gusto. conocimiento tardío, las cosas que soy capaz de decir. ni siquiera sé muy bien qué es eso de "conocimiento".
tengo este dolor tan grande y no sé qué hacer con él, como un chico muy chico al que le regalan un juguete muy complicado para su edad.
ahora llega ese momento horrible en que sale el sol después de la lluvia. nos quedamos con el agua y el barro y se va la melancolía. la gente a eso le llama "mejorar el tiempo".
cuando detonaron el primer ingenio nuclear hubo dos reacciones en las antípodas. oppenheimer, lleno de culpa, citó un texto hindú para hablar de sí mismo ("soy la muerte, la destructora de mundos"). la temperatura producida por la explosión derritió la arena del desierto de los álamos en no sé cuantos kilómetros a la redonda, quedando una sustancia verde, vidriosa, bonita a su manera, que fue bautizada "trinitita". la mujer de uno de los presentes en el ground zero sacó varios trozos de esta sustancia y se hizo un collar con ellos. años después, un análisis de la trinitita reveló que tenía potentes compuestos radiactivos con tiempos de degradación que iban entre los veinticinco y los cientos de miles de años. "usar ese collar", dijo alguien entonces, "no fue una gran idea". estaba buscando el artículo donde leí eso para poner algo un poco más piola, pero no lo encontré. encontré en cambio, ocho poemas que escribí hace como diez años. en general una bosta, pero me gustó éste:
nosotros
somos serpientes
solitarias y tristes
somos buenas serpientes que
por no morder a nadie
morimos de propio veneno
la mayoría del tiempo no me importa un carajo de nada, pero hoy me hubiera gustado que me acariciaras. claro, esto es como decir "me hubiera gustado que los dinosaurios no se extinguieran", o "me hubiera gustado que gardel no hubiera muerto quemado en medellín". esas cosas. y otras, también.
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