Wednesday, October 27, 2004
sinceridad
explicando la ética japonesa, el conde okuma refiere que en el vocabulario tradicional japonés no hay un solo vocablo de implicancias éticas excepto “makoto”, sinceridad, que “es el precepto de los preceptos, la esencia de toda la moral”. en el bushido, “sinceridad” significa cumplir todas las obligaciones heroicas más allá de lo exigido, hacerlo como “un ejemplo para la eternidad”. esto supone una virtud que magnifica otras virtudes e implica practicarlas en una especie de estado de gracia.
en el edicto imperial a soldados y marinos de 1882 (que termina oficialmente con la tradición de shogunatos y ordena lealtad sólo al emperador) se aclara específicamente que “no hay que hacer como los héroes del pasado, que murieron en deshonra por haber perdido la conciencia de su máximo deber, supeditándolo a relaciones privadas.”
el japón durante siglos, y cada japonés durante su infancia, idolatró a estos héroes y ahora se los deshonraba por completo. ¿puede esto borrar materialmente de un plumazo, ideas y sentimientos tan intensamente fijados?. por supuesto que no, y por ello, el gobierno meiji ordena que todo soldado y marino conozca el edicto de memoria, y que medite sobre él diez minutos diarios. luego lo introducen en las escuelas primarias y secundarias. la norma sigue hasta 1945, en uno de los lavados de cerebro más eficaces de la historia.
la sacralización del edicto de 1882 se logra hasta tal extremo que los encargados de leerlo en público se suicidan si cometen un error en su lectura, para reparar esta nueva modalidad del sacrilegio. la opinión pública presionaba de tal modo que no se podían atrever a no hacerlo. no es de extrañar pues que los soldados japoneses den sin pestañear sus vidas por cumplir los preceptos del edicto. estos preceptos se resumen en cinco, que no vale la pena reproducir. se parecen a los de otros códigos militares. lo particular es el final, en el que se aclara que el cumplimiento de todas estas normas sólo es válido si brota de la sinceridad: “si el corazón no es sincero, las palabras y las hazañas por más buenas que sean, no pasan de un alarde externo y de nada valen. sólo si el corazón es sincero puede lograrse cualquier cosa”
otra frase del edicto imperial a los soldados y marinos:
“el honor del soldado es más pesado que una montaña, mientras que la muerte es ligera como una pluma”.
(estos datos se los robé al siquiatra español juan antonio vallejo-nájera, de su libro “mishima o el placer de morir” )
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