gabriel tiene que soñar que se encuentra con un empleado de matadero que le dice un par de cosas. después gabriel y su hermano chocan con el auto y el cuento termina con gabriel mirando a su hermano matar mosquitos en la banquina iluminado por los faros del auto, como una especie de king kong mutilado. esta es la página que me falta. y listo, me quedan tres o cuatro días para corregir.
la mañana pintaba tranquila y traté de escribirla acá. el sólo hecho de abrir el word desató un diluvio de plomazos que se apencaron al lado de mi computadora. d. es uno de ellos, quizás el peor. su vida gira alrededor de tres ejes: su trabajo de bedel, su nieta y su segundo trabajo como gestor. escucharlo es una tortura, porque encima tiene una especie de talento literario como para hablar de esos temas tan poco electrizantes durante HORAS. no importa la cara que le hagas, lo parco que seas en las contestaciones. no responde a las señales sutiles de aburrimiento, ni siquiera a las más directas. soy tan pervertido que a veces le sigo el hilo e investigo la manera en la que puede escupir palabras como una ametralladora alcohólica. lo hago casi por curiosidad técnica, no es poco tener un tema de mierda y poder sacarle tanto jugo. pero hoy, por favor, hoy no.
boris vian armaba sus quilombos amparado en la seguridad de su empleo en una oficina del estado en la que nunca laburó. el trabajaba allá, yo trabajo acá, y así están las cosas.
Wednesday, September 08, 2004
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