-Es muy extraño.
No es que me hubiera olvidado de él. Pero, no sé cómo decirlo… no estaba en absoluto en mi mente, hasta que
apareció de nuevo.
-Cómo se llamaba
su perro.
-Perro.
-¿Por no qué le
puso un verdadero nombre?
-No entiendo.
-El nombre
designa una individualidad. “Perro” es un nombre genérico. Es una elección
llamativa.
-Lo encontré de
grande, y pensé que ya debía tener un nombre. Me pareció una falta de respeto
meterme con eso.
-¿Cómo lo
encontró?
-No lo encontré.
Él vino. Se empezó a quedar adentro de mi casa. Se colaba por abajo del portón.
Estaba muy flaco, mordido y castigado. Le empecé a dar de comer, en realidad
era dejarle la comida e irme, recién cuando yo estaba lejos se acercaba y
comía. Y eso que estaba recagado de hambre. Tardé meses hasta que me dejó
acariciarlo. Después nos hicimos amigos, y se quedó diez años conmigo. Por eso
yo le decía “Perro”. Porque no era mío. Estaba ahí porque quería.
-¿Era un ovejero
alemán?
-Sí ¿cómo sabe?
-Usted dijo que
se acordó de él al ver un ovejero alemán.
-Sí. Eso también
era raro. Estaba cagado a palos, pero era un animal de raza, muy lindo. Debía
tener cuatro o cinco años de edad cuando llegó. No tenía collar. Los ovejeros
alemanes no andan por ahí sueltos. Son animales que cuestan dinero y, aparte,
la gente que tiene ovejeros alemanes tiene una relación… fuerte, con esos
perros. Y los ovejeros, también… reconocen un solo dueño, y no lo sueltan
nunca. Muchas veces me pregunté cuál sería la historia atrás de él. Quién lo
habría dejado ir, o de qué se habría escapado.
-¿Y cómo murió?
-Se lo comió un
cocodrilo.
-…
-Tengo un
cocodrilo en casa. Bah, no es un cocodrilo. Es un yacaré.
-Y dónde lo
tiene.
-En el jardín
tengo una pileta de natación, vive ahí en el agua, y para estar afuera se
maneja entre unas plantas que hay ahí cerca, o toma sol en el cesped.
-¿Tiene otros
animales?
-Dos ovejas,
para que corten el pasto.
-¿Las ovejas
tienen nombre?
-No.
-¿El cocodrilo
no les hace nada?
-No. Se
mantienen siempre a distancia, toman agua en la otra punta del jardín.
-¿El cocodrilo tiene
nombre?
-Sí. Ése sí
tiene nombre. Lo tengo desde que era chiquito.