"Estos pacientes presentan una muy baja autoestima con dificultades en la vinculación y poca capacidad para lograr intimidad. Tienen una insaciable necesidad de aprobación y afecto; inmadurez emocional; falencia en el control de impulsos e hipersensibilidad a la opinión del otro. Así como en los pacientes alexitímicos, tienen dificultades para percibir y expresar sus propias emociones, especialmente las negativas. No desarrollan destrezas de autocuidado, no se sienten merecedores de bienestar y al no lograr calmar su propia ansiedad incurren en conductas de autoagresión, a modo de una autoayuda distorsionada. Paradojalmente, su meta es terminar con el sufrimiento interno, aunque eso signifique atacar su propio cuerpo y padecer dolor físico."

(extracto del informe del perito siquiátrico david hopper sobre la situación emocional de antonio de melli en el penal de pedro juan caballero fechado octubre 1962)

como parte de la campaña para su liberación, robert oppenheimer. j.d. salinger, joan baez y un por entonces jovencísimo bob gedolf financiaron los costos de un relevamiento de la salud física y mental del inmovilista, que llevaba tres años en aislamiento absoluto. gracias a las marchas y los incidentes en londres y washington, el servicio penitenciario paraguayo accedió a pasarlo a una celda común (hoy convertida en mini museo).

en una carta a oppenheimer y comentando el informe, salinger bromeaba: "¿cómo que no expresa sentimientos negativos el plomazo hijo de puta?"




hablando de máquinas que se caen: registro de cámaras ametralladoras de la luftwaffe en la segunda guerra mundial.

La Criatura pidió una Coca Cola y un vaso lleno de hielo.
-Pensé que no comías nunca nada.
-La Coca Cola me gusta. La tomo por eso.
El Hombre Lobo pidió un whisky
-Son las diez y media de la mañana.-dijo La Criatura
-Lo tomo de a poquito.
-Sos un espectáculo.
-En que sentido.
-Literal. No estás pidiendo ese whisky porque quieras tomarlo. Te ves a vos mismo tomándolo.
-Ahá. Y quien se pone en pedo, el que mira o yo.
La Criatura hizo un gesto de asentimiento
-Los dos van juntos en eso, sí si.
El whisky venía sin hielo, y el vaso de La Criatura tenía tres rolitos enormes.
-¿Me das un hielo?
-Pedile al mozo. A mí me gusta así bien lleno.
La Criatura sirvió Coca Cola hasta llenar el vaso, manejando muy diestramente las subidas y bajadas de espuma. Lo vació con un trago largo, contínuo y antinatural. No había ningún movimiento en la garganta a medida que ingresaba el líquido, daba la idea de que la gaseosa bajaba en un tranquilo flujo laminar. Cuando terminó repitió la operación inmediatamente, vaciando la botella.
-Qué rica.
El Hombre Lobo dio un sorbo a su whisky así nomás, sin hielo. La Criatura hizo un gesto de aprensión.
-Estoy viendo cómo eso entra a tu cuerpo. Ahora va por el esófago, yo diría que ese higado está empezando a sufrir…-hizo dos segundos de pausa, y señaló como habilitando un cronómetro- uf, ahora.
-Veníamos bien. No te pongas pesado.
-No te critico, Lobito. Me impresiona nomás la disciplina que te imponés. Sos prusiano, a tu manera.


(…)


-Nunca me pude recuperar del todo de la guerra. Todavía sueño conmigo saltando por las explosiones.
-Acabala con la guerra. No te hablo de whisky y vos no me hablas de la guerra. Es una excusa la guerra.
El Hombre Lobo levantó la mano mostrando los dos dedos amputados y la horrible cicatriz.
-¿Esto te parece una excusa?
La Criatura se rió.
-Ok, ponele pretexto, entonces. Esa amputación justifica mucha de tu conducta, te viene muy bien. Es una explicación para todo. Te provee de cierta paz que viene bien pero es mentirosa. Decime una cosa: ¿cómo eras vos antes de la guerra?
El Hombre Lobo sintió que algo en algún lado de su cuerpo se removía como un animal inquieto.
-No puedo acordarme.
-Viste. Soñás con la guerra porque no querés soñar con todo lo otro. Usás la guerra como una pared porque es seguro, porque la guerra ya se murió y no va a volver.